Nunca la creatividad fue tan necesaria

Columna por Juan Pablo Gaete

Decimos que no somos creativos ni creativas; aseguramos que la creatividad es de otros y otras; seres con algún don: artistas, cantantes, pintores, incluso publicistas. Y de pronto, PAF! Llega el día en que tenemos que serlo; como si el destino fuese el martillo que clava en tu muro el diploma de una aptitud que nunca pensaste que tenías; la carrera o el ramo que nadie te enseñó; el inalcanzable cartón de la creatividad. Esto es algo que definitivamente el estallido social y la pandemia nos restregaron sin piedad en la cara.

Por supuesto que esta nueva camada de creativos nunca quiso serlo; y cómo no, si claramente es mejor vivir con la tranquilidad de un sueldo, en vez de tener que sacar la guitarra y componer la canción “Cómo pago ahora el dividendo y los colegios”; tomar el lienzo y los pinceles para pintar “Estirando 300 lucas para una familia de cinco”.

Títulos como “Vendí mi primer pan” o “Ahora soy emprendedor”, es la creatividad que abunda por estos días y será así por mucho tiempo.

Y es que la creatividad, querámoslo o no, saca y sacará lo mejor de nosotros en tiempos de crisis; no lo digo yo, lo dice un tal Albert Einstein: “La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura”. Probablemente en la época de Einstein, las crisis fueron distintas, no sé si peores o mejores, mal que mal, vivió dos guerras mundiales con sus consiguientes crisis económicas y hambrunas. El libro que nos ha relatado grandes reinvenciones a partir de grandes recesiones, es probablemente uno de los más gruesos que se haya escrito y ciertamente se seguirá escribiendo.

Si algún aprendizaje podemos sacar de esta humilde columna, es que, si esta crisis nos trajo a la fuerza a la dolorosa ceremonia de graduación de creatividad, tengamos clara una cosa: la creatividad no es sólo de algunos, la creatividad aflora en el momento en que decidimos, conscientemente, hacer de una manera distinta algo que siempre hacíamos de la misma forma; es el momento mágico en el que surgen las ideas. Hay buenas ideas en todas y todos nosotros, sólo están ocultas bajo la frondosidad y abundancia de un mundo sin sobresaltos.

Y, quién sabe. En una de esas, si aparece una idea, quizás estamos presenciando el amanecer de un novedoso emprendimiento o una nueva multinacional. El destino lo dirá.